31.8.10

Just a little time for me to see
the light that life can give you.

27.8.10

Con - tacto


Era una sensación extraña (e inconfesable). Esperanzas de poder hacer eternos aquellos efímeros momentos. Miradas fugaces con miedo a ser capturadas por la tuya cuando era incapaz de controlar los segundos (minutos) que pasaba mirándote. Sobresaltos y rápidas palpitaciones si intuía un movimiento dirigido hacia donde estaba plantada, perdida en mi (tu) mundo, observándote. Sonrisas raras (estúpidas, ¿por qué no?) recordando un gesto tuyo mientras andaba sola (una vez más) por las calles o pasadizos de mi (dulce) hogar. (Muchas) Ganas de verte estuviera donde estuviera. Escalofríos cuando por sorpresa nos cruzábamos. Desear con todas mis fuerzas que el azar nos hiciera coincidir en dondequiera que estuviese(s) (y, sino, hacía lo (im)posible para que la casualidad del encuentro ganara aquella partida a mi suerte).

Minutos (horas) compartidos entre sorbos de cerveza, protegidos por la luna, intercambiando palabras contigo, muriéndome de vergüenza. (Gracias, música, por sonar tan alto hasta el punto en que nos veíamos obligados a hablarnos muy (muy) cerca del oído, hasta que tu aliento me hacía cosquillas.) Enrojecimientos constantes. Tenía bajo mi posesión una especie de brújula (también conocida como instinto femenino) para saber dónde estabas en cualquier momento del día (noche). (Debo reconocer que nuestras confesiones me ayudaron mucho en hacer coincidir mi flecha con tu norte). Se me paraba el corazón cada vez que me rozabas (que luego palpitaba más deprisa para recuperar el tiempo perdido).

Y ahora todo esto se multiplica por mil y se reduce a tú y yo cada milésima de segundo, porque sé que a ti te pasa algo similar. Gracias por un nosotros tan mágico y por los bonitos momentos que me regalas.





 Tu chica de las manos frías.